Tirso Rodríguez

Centro de Día de menores Manantial 

 

Soy Tirso y soy educador social del centro de día Manantial, en el que trabajamos con niños, niñas y adolescentes para reducir las desigualdades que viven. 

Vengo de Albacete y cuando comencé a estudiar no sabía lo que quería hacer.

Inicié mis estudios, pero finalmente me cambié de carrera y estudié educación social. Comencé a indagar y a leer y, cuando terminé, seguí formándome en postgrados. He estado en varios trabajos, siempre relacionados con la infancia y la adolescencia, antes de Cáritas

Me motivaba ver que la infancia y adolescencia es un colectivo con capacidades tremendas, que a veces no son capaces de reconocer ni ellos mismos ni los adultos. 

 

 

Por mi propia experiencia, sé que cuando estás creciendo, es importante contar con referentes que te orienten en los momentos en los que te desubicas. Yo los tuve, y eso pudo influir en la elección de mi vocación personal.

El Centro de Día Manantial supone un recurso en el que se trabajan múltiples áreas para mejorar la calidad de vida de las niñas y niños con dificultades. Realizamos tareas en la parte educativa formal, para lograr que en los centros educativos se reduzca la desigualdad. 

Pero la parte más importante, para nosotros, es la educación emocional para que el día de mañana sean personas autónomas. También el fomento del deporte, el ocio saludable y que puedan aprender otras formas de relacionarse con sus iguales. Al final se trata de fomentar el sentido crítico, dándoles opción a que puedan elegir y decir lo que quieren hacer.

 

Algunas veces me siento reflejado en los niños y niñas a los que ayudamos. Yo era un niño nervioso e inquieto. Cuando vas tan rápido te puedes frustrar, puedes tener estallidos de rabia, y es importante aprender a gestionar estos aspectos. 

 

 

Un familiar muy cercano fue un referente para mí, sobretodo en la infancia porque me enseñó valores muy importantes como el respeto, la confianza…, por desgracia se fue demasiado pronto. Cuando falleció tuve un periodo muy complicado, era pequeño y no entendí muy bien lo que había pasado, fue difícil, pero me apoyé en una amiga que me ayudó a situarme.

Cuando falleció tuve un periodo muy complicado, era pequeño y no entendí muy bien lo que había pasado, fue difícil, pero me apoyé en una amiga que me ayudó a situarme.

Con la mano en el corazón te puedo decir que tener una figura de referencia, una persona que no te juzgue, es clave. Cuando te sientes juzgado la confianza se reduce. 

 

Cuando una persona se encuentra mal lo que más necesita es apoyo, escucha, consejos, pero sin que te hagan sentir mal. Yo ahora intento ser esa persona para ellos. Pero los niños y niñas son los que eligen a esos referentes con total libertad.

Ha habido varias veces que he sentido alguna conexión especial con alguna de las personas a las que intentamos ayudar. Pero son ellos los que eligen con quién conectan. 

Recuerdo el caso de una niña, con la que sigo teniendo contacto, que estaba pasando por una situación muy complicada en casa… con violencia. No sabía cómo afrontarlo, tenía una medida judicial, consumía, tenía un círculo de amistades que no le favorecía.

Estaba bastante estigmatizada en el centro educativo y a raíz de hablar mucho con ella, de ver qué le motivaba y cómo canalizar sus emociones… orientó su vida y su formación hacia lo que le interesaba, hacia una FP básica y la situación en casa comenzó a mejorar. Ahora está formándose y ha comenzado a trabajar. 

Viví su evolución desde la distancia porque ya no trabajaba con ella, pero a veces nos vemos y nos escribimos y me alegra mucho saber que está bien. 
Durante el confinamiento cada persona del equipo se encargaba de una tarea. Como todo se informatizó, había familias que no tenían acceso a internet o a dispositivos informáticos. 
 

 

 

La idea del equipo fue imprimir todas las tareas escolares e ir repartiéndolas por los buzones de cada casa y luego, usando herramientas informáticas, hacerles el seguimiento. Si no tenían forma de conectarse íbamos a algunas casas a hacer el seguimiento escolar de forma presencial, pero con todas las medidas de seguridad.

A través de DASYC hice formación de talleres de monitor, desarrollo de la infancia. Me ayudaron para estar preparada en mi búsqueda de empleo. Los lunes me conecto con Ana y trabajo con ella realzar mi autoestima. Siempre da con la tecla y acierta con lo que nos está diciendo.

Y además lo hace de forma totalmente voluntaria y altruista. Es de admirar.

El trabajo que hago con ella me ha venido muy bien. He conseguido aumentar mi autoestima. Alba también es una de las personas que sabes que le escribes y siempre te contesta.

 

Mi vida ha mejorado emotivamente. He salido de la depresión. Me he dado cuenta de que cuanto más difícil parece todo… aparece una persona, un ángel, que te hace ver que todo vale la pena.

Ahora estoy más tranquila. Sé que los niños en España van a tener una educación y un futuro. Sé que gracias fundaciones como DASYC y con los cursos que estoy haciendo tengo un futuro. 

Me siento más positiva. En octubre me veo ya siendo productiva.

A ver si al final del año puede venir mi marido, ya que, aunque nos vemos por vídeo, los niños necesitan más que nunca a su padre. Y también espero que pueda venir mi madre. Me sería de gran ayuda.

En definitiva, ya veo el camino más claro y me siento más cómoda y más tranquila.